Lo que hay bajo tierra

Hoy quiero compartirte algo de lo que hago, y tal vez dirás que te importa, pero que es algo simple pues todos pueden escribir estupideces, así que eso de escribir es algo muy fácil.
Pero yo te digo que no es sencillo, hoy tengo ganas de inventar una historia, dejar de escribir lo que vivo, y ser mentiroso como los demás, claro que eso será más interesante.
Es en la ciudad, el alma de un infante abandonado, vive en la rue, y se alimenta de las sobras de los restaurantes, o a veces pide para un taco a los transeúntes; no sabe de la vida, pero vive, sobrevive con la esperanza de volver a encontrar a las personas de sus recuerdos.
Los días así pasan y se vuelven repetitivos, solo una persona de un apodo muy extraño le observa a cada día, la experiencia de la zona, con habilidades para robar y obtener alimento.
Que creció casi de la misma forma, con una visión extraña, dice que la policía merece una vida en el establo, lo que obtiene a cada día lo reparte entre sus hermanos, si, los que encontró en la calle, viviendo como el.
Este hombre es el "Seleccionador" y acoje al infante abandonado de poca memoria, lo bautiza como "Secreto"
Enseñándole lo necesario para sobrevivir, en este pinche lugar que apesta, secreto parecía mudo hasta que pronunció la palabra gracias.
Los mejores amigos casi hermanos, el sele le decía que se parecían demasiado; pero no era cierto, para nada, las situaciones eran diferentes, pero secreto aprendía de lo mejor, aunque hablaba poco, el había aprendido a leer y a escribir, porque el quería salir de ahí, quería saber de la vida, leía el diario del metro, veía los tags de los graffiteros en bardas y vagones, el estaba perdido, pero sus raices de tule se plantaron en el pavimento.
Harto de que la gente lo señalará se iba todo el día con su bloc con su instrumento sencillo, un bolígrafo que el apreciaba tanto como un asesino sus armas, lo que lo sacaría de ese lugar infestado de ratas, de malas mañas, de cosas autodestructivas...

Continuará.